Es difícil creer que alguien muy cercano a ti es buscado por la policía, ¿verdad?

Esto pensó un chico de no más de 19 años. Este tenia pintas muy descuidadas y parecía que descansaba poco, pero es uno de los clientes que nunca fallan en la discoteca.

Un sábado habitual, no con mucha gente, un par de grupos de chicos bailando en el centro de la pista y unas viejecitas queriendo recordar viejos momentos pidiendo un "cubalibre".

A eso de las 02:00 llegan 2 chicos jóvenes, muy elegantes y se acercan a la barra.
De manera disimulada me llaman y me preguntan por un nombre que desconocía. Yo pensaba que eran amigos y que simplemente estaban en busca de el.
Al cabo de la horas, pasó algo bastante extraño, un chico cruzó toda la pista de baile agachado entre la multitud, pero como allí cada persona va como va... pues pasó desapercibido.

Ahora es cuando viene lo interesante.
¿Os acordáis del chico del que os he hablado antes, que siempre viene?
Resulta que este chico era amigo del que estaba cruzando la pista agachado.
Y los dos hombres elegantes eran policías en cubierto que estaban investigando al chico.
Este llevaba una red de narcotráfico en la provincia y había cometido varias infracciones en la carretera.
pero diréis, ¿Qué tiene que ver el cliente habitual en esta historia?
Los policías habían visto que este se juntaba mucho con su objetivo y empezaron a sospechar de que el también estuviera implicado en todos los chanchullos de su objetivo.
Lo detuvieron y le interrogaron en el baño de la discoteca, pero el no pudo darles mucha información acerca del chico que estaban buscando, ya que ni él sabia que estaba metido en esas cosas.

La historia termina con una trampa por parte de los trajeados, uno se puso en la salida y el otro a dar vueltas por el recinto, y así, como rata cayendo en la trampa, le llevaron hacia la salida donde le detuvieron y se lo llevaron.





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